La educación ambiental viene a crear conciencia en todas las personas sobre la importancia de cuidar el medio ambiente, de proteger la flora y la fauna de sus localidades y sumarse a las iniciativas mundiales.
Cada 26 de enero se celebra el Día Mundial de la Educación Ambiental con el fin de señalar la importancia de la educación como generadora de conciencia sobre el medio ambiente.
Esta fecha tuvo su origen a partir de la Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente celebrada en Estocolmo, Suecia, en junio de 1972. En ese encuentro se debatió la importancia de cuidar el medio ambiente y se expuso la necesidad de unos principios comunes que ofrecieran a la sociedad una inspiración y guía para preservar y mejorar nuestro entorno.
Tres años después, se firmó un acuerdo entre países – la Carta de Belgrado– donde se establecieron metas ambientales, y objetivos, metas y principios de su educación.
Durante muchos años se vio al medio ambiente como una fuente inagotable de recursos, pero con el tiempo se reconoció que existe un delicado equilibrio entre el entorno y el ser humano, por lo que es importante que éste último tome conciencia de las consecuencias que pueden tener sus actos.
Además, la educación ambiental busca que los gobiernos adopten políticas que resguarden los entornos naturales y den soluciones a las problemáticas medioambientales de su país.
Sus principales objetivos son
- Hacer que las personas tomen conciencia y se sensibilicen con respecto a los problemas medioambientales de su entorno, para que puedan buscar, proteger y brindar soluciones a los mismos.
- Educar a la sociedad para que entiendan que es el medio ambiente, su importancia y el delicado equilibrio que existe entre hombre y naturaleza.
- Sembrar valores medioambientales.
- Ayudar a los grupos sociales a desarrollar las habilidades necesarias para buscar soluciones a los problemas ecológicos de su entorno inmediato.
- Llevar las estadísticas de la realidad en materia medioambiental y enseñarle a las personas a evaluar la evolución del proceso, bien sea para evidenciar la mejoría o detectar una problemática que se les está yendo de las manos.
- Incentivar la participación de la sociedad en la búsqueda de soluciones a los problemas del medio ambiente y a que ellos tienen el deber de exigirle a los gobiernos que tomen medidas.