Limpiar una ventana de PVC es muy simple y fácil, no obstante, antes de comenzar con el mantenimiento de tus ventanas hay ciertas cosas que debes saber si quieres asegurar la durabilidad y el perfecto estado de estas.
Lo que debes hacer para limpiar tu ventana de PVC
Simple, hazte con un trapo o paño suave de buena calidad y humedécelo con agua caliente y un poco de jabón. Con esto bastará para quitar la suciedad, el polvo y las manchas que deja el paso de la lluvia en el material.
Para un mantenimiento a fondo dedícale unos minutos más a las juntas de goma. Consigue un pincel para limpiarlas y un lápiz de goma para engrasarlas, ¡tus ventanas quedarán como nuevas!
Una última recomendación… las ventanas no solo están expuestas a la contaminación, el polvo, la suciedad y los cambios climáticos. Abrirlas y cerrarlas todos los días debilita los herrajes, no te olvides de engrasarles con un poco de lubricante. Repite esta acción al menos dos veces al año.
Lo que nunca puedes utilizar durante tu limpieza
Ni amoniaco, ni productos de limpieza agresivos, ni utensilios rígidos y ásperos. ¡Olvídate de ellos si realmente quieres mantener tus ventanas intactas! Te lo detallamos:
- Papel de lija: Parece obvio pero no… no serías la primera persona en destrozar la ventana por utilizar este material. Muy recomendado para lijar y después barnizar las ventanas de madera, pero con las de PVC ¡no es necesario!
- Estropajos: ni esparto, ni “nanas”, ni los de color verde, ni los indicados como suaves, ¡ni nada de nada! Puedes rayar en mayor o menor medida tus perfiles de PVC. Si esto sucediese debes saber que la calidad y el aislamiento de tus ventanas no sufrirá algún daño, pero la estética sí.
- Productos de limpieza abrasivos: es mejor limitarse a utilizar agua con jabón y listo. Nunca sabes si ese producto puede llegar a dañar tu ventana de PVC por muy resistente que sea. Bajo ningún concepto se te ocurra utilizar aguafuerte/salfumant para limpiarlas.
Una vez más por si no ha quedado claro, limpiar las ventanas de PVC se debe hacer con un paño húmedo y agua jabonosa. Ahora ya sabes todo lo que tienes que saber sobre el mantenimiento de tu venta, solo te queda ponerte ¡manos a la obra!