Los sistemas de poliuretano son uno de los materiales aislantes más utilizados en construcción, no solo por su buen comportamiento térmico, sino también por sus propiedades acústicas. La barrera aislante formada por el poliuretano consigue controlar las ondas del sonido que resultan molestas y que rodean al edificio, tanto de forma externa (como el ruido de la calle o de los aviones) como interna (objetos que se caen al suelo, vecinos, muebles…).
El control del ruido es muy importante para el bienestar de las personas, ya que termina por afectar seriamente a la salud de las personas, hasta el punto que es uno de los cuatro factores medioambientales con mayor impacto en la salud.
Características del aislamiento termoacústico de poliuretano
Los sistemas de poliuretano se caracterizan una baja conductividad térmica (0,035-0,040 W/m K) que permite un óptimo aislamiento térmico de la vivienda, a lo que se une una elevada capacidad de sellado y facilidad en la aplicación por su ligereza (10-12 kg/m3).
Por otro lado, ésta alta capacidad de sellado proporciona muy buenos resultados en el aislamiento acústico en zonas de altos niveles de ruido como discotecas, cafeterías, fábricas o zonas con tráfico aéreo.
Además, las propiedades termoacústicas de este material aislante permanecen intactas durante toda la vida útil del edificio. Su comportamiento frente al fuego cumple con la normativa vigente, siendo un material muy seguro debido a la ausencia de goteo y carbonización del exterior, quedando protegido el interior del núcleo.
Aplicaciones para conseguir un óptimo aislamiento termoacústico
Para conseguir un máximo confort interior en una edificación es necesario tener controladas las aperturas de la envolvente y las ondas del sonido ambiente que rodean al edificio. No debemos olvidarnos de los elementos internos de compartimentación, como son los tabiques y suelos, así como posibles grietas y fisuras que pueden provocar la entrada del aire.
Una solución óptima es el uso de sistemas de poliuretano por proyección en superficies como suelos y forjados. En otros elementos constructivos como las fachadas, es posible conseguir unos altos niveles de aislamiento termoacústico inyectando el poliuretano en la cámara de aire existente.
Por otro lado, la espuma de poliuretano es un recurso cada vez más utilizado en el sellado de puertas, ventanas y saneamientos, así como en las paredes y muros; ya que incluso en situaciones climáticas extremas mantiene sus propiedades técnicas.
No obstante, si queremos conseguir un buen aislamiento térmico, las espumas de celda cerrada son las más adecuadas, pero por el contrario, si nuestro objetivo es el aislamiento acústico, la espuma de baja densidad y celda abierta es la solución más óptima. En la mayoría de los casos que se busca una solución aislante con un buen comportamiento tanto térmico como acústico, se puede recurrir a una combinación de ambos tipos.